c'est une romance d'aujourd'hui




C'est un beau roman
C'est une belle histoire
C'est une romance d'aujourd'hui
Il rentrait chez lui, là-haut vers le brouillard
Elle descendait dans le Midi, le Midi

Ils se sont trouvés au bord du chemin
Sur l'autoroute des vacances
C'était sans doute un jour de chance
Ils avaient le ciel à portée de main
Un cadeau de la Providence
Alors, pourquoi penser aux lendemains

Ils se sont cachés dans un grand champ de blé
Se laissant porter par le courant
Se sont raconté leurs vies qui commençaient
Ils n'étaient encore que des enfants, des enfants
Qui s'étaient trouvés au bord du chemin
Sur l'autoroute des vacances
C'était sans doute un jour de chance
Qui cueillirent le ciel au creux de leur main
Comme on cueille la Providence
Refusant de penser aux lendemains

C'est un beau roman
C'est une belle histoire
C'est une romance d'aujourd'hui
Il rentrait chez lui, là-haut vers le brouillard
Elle descendait dans le Midi, le Midi

Ils se sont quittés au bord du matin
Sur l'autoroute des vacances
C'était fini le jour de chance
Ils reprirent alors chacun leur chemin
Saluèrent la Providence
En se faisant un signe de la main

Il rentra chez lui, là-haut vers le brouillard
Elle est descendue là-bas dans le Midi
C'est un beau roman
C'est une belle histoire
C'est une romance d'aujourd'hui

· Une belle histoire · Michel Fugain

Coucou, étoile (un)


Coucou, étoile

hoy quisiera escucharte un rato, estrella. hace tiempo que no he sabido de ti.

hola, hace tiempo que no hablamos, es verdad. hoy justamente recordaba un anécdota que pensé me gustaría contarte.

(disculpa que no use mayúsculas, prefiero no usarlas cuando conversamos)

el cuento es de este personaje: n.

n. hace un tiempo ya, trabajaba en las mañanas en una galería de arte y en las tardes en un café. el café se llamaba "el café del artista". era mesonero · o mesero · y, en las tardes, se dedicaba a cada una de sus mesas que se llenaban en oleadas. a ciertas horas del día, todo el café estaba solo. sólo él y los otros dos compañeros de él, del trabajo, escuchaban música mientras organizaban el café y elaboraban los quehaceres propios del café del artista. a otras horas, llegaban y se llenaban las mesas, todas juntas o de a varias. siempre era por oleadas.

un día, a n. le tocó un cliente que pidió un café con nombre de preparación italiana, la cual él había aprendido ya desde que había empezado ahí. pudo haber sido un ristretto, un capuccino o un espresso. n. se apresuró en atenderlo. se acercó al mostrador, sacó los utensilios dignos de los artistas del café y preparó lo que le habían pedido.

n. se acerca a la mesa con su "pieza" y se la pone frente al cliente. el cliente huele el aroma y asiente con gustosa alegría. una discreta sonrisa acompaña la inhalación.

n. se retira mientras el cliente se apresta a agarrar la cucharilla para servirse un poco de azúcar, pero tan pronto abre el contenedor de la azúcar, llama al mesonero que le había traído con entusiasmo su café.

- "disculpe pero esta azúcar está mala."

n. se aproxima a ver pero no le ve nada al azúcar. le dice,

- "disculpe pero no le veo nada, es azúcar morena."

- "por eso, está mala."

n. cuenta que hasta el día de hoy no supo qué quiso decir el cliente con que esa azúcar estaba mala. para él, esa azúcar era aún más pura ya que provenía directamente de la caña de azúcar, recuerdo de su tierra donde, durante siglos, hombres y mujeres han hecho magia y magias con esa planta trayendo sus delicias al resto de nosotros.

- "¿quiere que le traiga de la blanca?"

- sí, por favor.